Cali siempre ha sido parte del Chocó biogeográfico, ha tenido a Los Farallones, sus siete ríos. Ecosistemas que han sido casa de un sinnúmero de aves y de diferentes especies. Sin embargo, pareciera que solo hasta el año pasado con la COP16 fue cuando abrazamos lo que somos como ciudad y decidimos pensarnos alrededor de este gran activo: nuestra riqueza natural.

Hace algunos días Cali 500 presentó una visión de ciudad en la que la biodiversidad tiene un papel fundamental: en el año 2050, Cali será referente internacional en sostenibilidad, a partir del cuidado de la biodiversidad y la interculturalidad, como pilares para el desarrollo territorial, social y económico.

Sin duda, lograr este objetivo común implicará, entre muchas cosas, ordenar nuestro territorio alrededor del cuidado y protección de nuestros ecosistemas, pero también la posibilidad de viabilizar actividades sociales y económicas teniendo en cuenta este potencial. Para los que piensan que esta visión es ‘muy verde’, es importante señalar que hablar de cuidado de la biodiversidad no implica frenar el desarrollo económico. Por el contrario, obliga a pensar cómo se aprovecha ese potencial para general valor social y económico para todos.

Son muchas las acciones que tendremos que emprender para alcanzar este objetivo, pero sin lugar a dudas el fortalecimiento de las huertas urbanas y periurbanas se debe considerar como una de ellas. Son alrededor de 300 huertas las que están mapeadas, existen comunitarias, educativas y familiares. A través del programa Sembrando Compromiso, de la mano de Sembrando Cali, Compromiso Valle lleva cuatro años trabajando en más de 14 huertas madres y 30 satélites, en su mayoría comunitarias. Nuestras huertas tienen cara de mujer de entre 28 y 59 años, vive en los estratos 1 y 2 y el 60 % cuenta únicamente con estudios hasta secundaria.

En este tiempo hemos comprobado que las huertas mejoran el acceso a alimentos, así como los hábitos saludables. El 90 % de nuestros huerteros afirman que de las huertas obtienen alimentos para sus hogares y se han podido cuantificar ahorros de cerca de 90 millones de pesos en este rubro en los últimos 3 años.

Nuestras huertas han generado conexiones de valor, ventas de productos y servicios. En el año 2024 y lo corrido del 2025 se han vendido casi 40 millones de pesos en productos como compost, bocashi, biofertilizantes, plántulas, además de servicios relacionados con el ecoturismo y talleres, entre otros.

Las huertas también han sido el lugar donde se construyen relaciones sociales y se resignifican espacios que antes estaban a merced de las delincuencias y los vicios para convertirlos en espacios en los que la salud mental mejora y las personas son felices.

Hoy, cuatro años después, somos unos convencidos del impacto que estamos generando. Sin embargo, se requiere una política pública que regule las huertas porque, así como hay historias de éxito, tenemos algunas menos favorables. Actualmente, diferentes dependencias de la Administración desarrollan programas relacionados con huertas, pero de manera desarticulada, lo que limita su efectividad. Es fundamental que el POT que se está construyendo las tenga en cuenta como oportunidad de desarrollo territorial sostenible e inclusivo y que la Alcaldía centralice y articule los programas y apoyos existentes para las diferentes huertas, garantizando su sostenibilidad.

Tomado de elpais.com

El bienestar de todos como sociedad, y en especial de los más vulnerables, debe ser una prioridad colectiva. Por ello, las Naciones Unidas consolidaron desde 2015 los Objetivos de Desarrollo Sostenible, un compromiso global para poner fin a la pobreza, y garantizar prosperidad para todos, estableciendo metas desde las dimensiones social, ambiental y económica, con horizonte a 2030. Para el cumplimiento de esta agenda, un actor clave es el Estado; sin embargo, el sector privado, la sociedad civil y la cooperación internacional también tienen un rol fundamental.

El Estado no solo es clave, sino que es el máximo responsable, al contar con la facultad de regular para incentivar comportamientos privados y tener la mayor capacidad de inversión y ejecución de políticas públicas. Es decir, que la obligación por parte del Estado y los gobiernos que lo administran transitoriamente se sustenta no solo en el mandato democrático que le otorgan los ciudadanos al elegir a los gobiernos, sino también en el hecho de que ellos administran la fuente más grande de recursos que ciudadanos y empresas aportan para el desarrollo, a través de los impuestos.

Sin duda, la sociedad civil y la cooperación internacional son vitales en esta fórmula. La primera porque es quien elige a los gobiernos y, en muchos casos, cuando se une en fundaciones u organizaciones sociales, ejecuta y habilita muchos de los programas. Además, porque al trabajar directamente con las comunidades y conocer de cerca sus necesidades, es quien impulsa reales innovaciones. Por su parte, la cooperación internacional porque apoya la financiación, conecta esfuerzos como actor de confianza y cocrea gran parte de las iniciativas.

El sector privado, además de pagar impuestos, y generar empleo y riqueza para que la economía crezca, juega un rol como financiador del desarrollo a través del sector financiero. Su contribución también se manifiesta mediante la filantropía que viene de fundaciones empresariales y/o familiares. No obstante, el sector privado y sobre todo sus empresarios y colaboradores tienen un rol mucho más importante: aportar a la innovación social y ser los mejores voceros, con la palabra y los hechos, de la importancia de este necesario objetivo común, especialmente cuando trabajan de forma articulada con la sociedad civil.

En el Valle del Cauca tenemos un gran ejemplo que es referente nacional e internacional: Compromiso Valle. Empresas que han decidido ir más allá de la filantropía y vincularse con el cierre de brechas socio-económicas en todo el sentido de la palabra. Empresarios que sacan tiempo de sus agendas para escuchar y construir lazos de confianza con líderes sociales y comunidades. Como siempre digo en público y en privado, los recursos son fundamentales para que Compromiso Valle pueda hacer lo que hace, pero sin los seres humanos, dentro y fuera de las empresas, que genuinamente están comprometidas con la construcción de capital social, no sería lo mismo.

Estamos aún lejos de alcanzar todas las metas de desarrollo, pero lo principal para seguir avanzando en esta agenda, es reconocer que la lucha por la equidad no pertenece a un único partido político o persona. Es vital reconocer el rol que juegan las empresas y los empresarios en la transformación social y que es a través del impacto colectivo que alcanzaremos el bienestar para todos.

Tomado de elpais.com

Reconozco que los días previos al paro del 28 y 29 de mayo alcancé a sentir angustia. Lo que se oía no era alentador. Mientras algunos estaban muy indignados por la decisión del Congreso de la República de no avanzar con la consulta popular, otros se mostraban muy preocupados por la posibilidad de una reforma laboral (que en ese momento tenía una segunda vida), debido a los efectos que causaría, sobre todo, en los negocios pequeños. También escuchaba a otras personas que contaban cómo se estaban programando para los bloqueos y esperaban que tuviéramos nuevamente un estallido social, mientras otros decían que estaban listos para salir a defenderse si había bloqueos o desmanes.

Aunque el panorama no era alentador y el ambiente estaba enrarecido, para mí fue muy potente la sensación que tuve al hablar en los días previos al paro con líderes sociales con los que venimos trabajando desde Compromiso Valle. Algunos iban a salir a las marchas ya que consideraban que el Congreso debía dejar consultar a la ciudadanía. Sin embargo, tenían claro que estos días no podían convertirse en bloqueos, desorden, ni destrucción. Otros simplemente no consideraban sumarse debido a que pensaban que ese ya no es el camino.

Rápidamente concluimos lo que hemos sabido siempre en esta iniciativa de impacto colectivo: no debemos pensar igual para dialogar y sobre todo accionar. Estos cuatro años de Compromiso Valle demuestran cómo trabajando juntos podemos alcanzar grandes cosas. Solo para recordar algunos logros: 77 mil participantes, casi 4 mil empleos y casi 10 mil emprendimientos formados. Más de $ 200 millones generados gracias a las conexiones comerciales entre emprendedores y empresarios. Cifras que se han logrado con dedicación y tiempo, pero sobre todo gracias a los recursos de más de 750 empresas que han aportado más de $ 140 mil millones.

Fue muy importante el mensaje de calma enviado desde todos los frentes, el sector privado, líderes sociales y las autoridades, así como el llamado a que quienes se manifestaran lo hicieran de forma pacífica, combinado con el compromiso de los mandatarios a respetar la protesta social y a asegurar que no se permitirían violaciones a los derechos humanos de los manifestantes, ni a los derechos de los demás ciudadanos que se mantuvieron al margen.

¡Creo que, sin duda, en esa jornada todos ganamos! También ganó la democracia mostrando que el camino que siempre debemos seguir es el de las instituciones. Así mismo, se demostró que el derecho a la protesta se puede ejercer respetando los derechos de los demás. Ahora el gran reto es no seguir a la merced de quienes quieren generar miedo y odio cada cierto tiempo. Los cambios en una democracia se dan en el debate abierto y democrático, oyendo los diferentes puntos de vista y llegando a consensos, en los que no siempre se logra todo lo que se quiere, pero es un avance.

Respecto a la reforma laboral, debo insistir en que no se ha discutido con suficiente fuerza que la propuesta en curso se enfoca solo en los empleados actuales, sin tener en cuenta el daño a las empresas pequeñas, las que generan desde dos o más empleos. Tampoco contempla alternativas para quienes viven en el rebusque diario, en la economía ‘popular’ o informal, para quienes el trabajo por horas, pero cotizando a salud y pensión, puede ser una gran salida. Desde Compromiso Valle podemos decir con orgullo que hemos sacado a varios de ellos de esa situación para llevarlos a la formalidad. Ojalá este sea el debate público más importante en las semanas venideras.

Tomado de elpais.com

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