La Conferencia de las Partes, COP, es un espacio de discusión y negociación en el que los gobiernos conciertan objetivos alrededor de desafíos globales, como la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. Los caleños estamos a solo once días de ser anfitriones de la COP de Biodiversidad en su versión dieciséis, en la que 196 países firmantes del Convenio sobre la Diversidad Biológica buscarán posibles soluciones para detener y revertir la pérdida de naturaleza para el año 2030.

En relación con los asuntos de fondo de este evento, es realmente importante y simbólico que estas conversaciones se den en Colombia, el cuarto país más biodiverso del mundo y, sobre todo, en el Pacífico colombiano, que alberga más de 200 áreas protegidas y 11 Parques Nacionales Naturales, cuenta con 1297 especies de fauna y cerca de 14000 especies de plantas, representando un tesoro natural que debemos proteger. A diferencia de las discusiones de cambio climático, donde Colombia tiene un bajo impacto entre los jugadores internacionales (las grandes potencias mundiales), en biodiversidad el mundo debe mirarnos como protagonistas y apoyarnos para cuidar y preservar patrimonios naturales tan importantes como nuestro Chocó biogeográfico.

Estos días de COP 16 también serán una gran oportunidad para que diferentes empresas y sectores muestren su compromiso con el cuidado de la biodiversidad y el medio ambiente, ya que el sector privado, así algunos quieran verlo de otra manera, es pieza clave en este objetivo común. Tenemos empresas comprometidas con la cultura de la sostenibilidad a lo largo de sus cadenas de valor, otras que movilizan recursos para la financiación de iniciativas innovadoras en materia de economía circular y otras que están haciendo transformaciones en sectores claves como la descarbonización en movilidad o el reúso del agua en los procesos de producción.

Así mismo, podremos hablar de algunos procesos públicos, privados y comunitarios que están buscando preservar desde lo local nuestra biodiversidad, como la Plataforma colaborativa del río Cauca que se enfoca en recuperar la cuenca alta de este afluente, un excelente ejercicio de trabajo colaborativo en el que se promueven proyectos que contribuyen al desarrollo sostenible de las comunidades rurales y la restauración de los ecosistemas. Así mismo, la construcción del plan maestro ambiental para una Cali sostenible, con un componente que integra la biodiversidad en su desarrollo urbano, transitando a una biodiverciudad.

Finalmente, para todos los caleños será una gran oportunidad de demostrar que podemos hacer eventos de esta envergadura, que nos permitan escribir una nueva página y que no vivamos de recordar con melancolía historias pasadas. Estamos viviendo una nueva historia, la de la Cali de hoy, la diversa, la capital de Pacífico colombiano que tiene todo para reconocerse y unirse alrededor de un propósito común.

Por eso serán tan importantes los espacios en los que los caleños nos encontremos para vivir nuestra COP, la que estará fuera de los grandes espacios de discusión de los mandatarios en la zona azul y verde, la que tendrá lugar en el circuito de la biodiversidad (Polideportivo Los Almendros, Unidad Deportiva Alberto Galindo y Bulevar del Oriente), para que la historia no sea solo la de un evento que vino y pasó, sino que nos permitió brillar y se quedó en la historia como el primero de muchos pasos para seguirnos viendo como la Cali que somos y no la que fuimos. Recibamos y acojamos a los visitantes con la hospitalidad que nos caracteriza, pero sobre todo apropiémonos y vivamos la COP de la mejor manera.

Tomado de elpais.com

Buenaventura es de Colombia y requiere la mirada atenta, dedicada y empática de todo el país.

Buenaventura, uno de los municipios con mayor riqueza hidrográfica de Colombia –con once cuencas que dan vida a siete grandes ríos y un centenar de quebradas– y uno de los sitios más húmedos del país, en el que llueve casi todo el año, es el mismo municipio en el que paradójicamente la mayoría de sus habitantes no tienen acceso permanente al agua potable.

Según datos de la Superintendencia de Servicios Públicos, que son parte de un reporte de la Sociedad de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Buenaventura (SAAAB), la cobertura del servicio de agua en el Distrito es del 79 por ciento y la continuidad no supera las 10,1 horas por día. Si esta cifra resulta difícil de creer, lo es aún más si tenemos en cuenta que, como lo confirman los bonaverenses, en realidad no son más de 3 a 6 horas diarias las que tienen el servicio. Esto sin mencionar que hay sectores que pueden pasar días y hasta semanas sin agua.

El acueducto de Buenaventura se diseñó hace más de 80 años, y desde hace más de 25 años se habla de la necesidad de modernizarlo. Con la expedición del Conpes 2861 (1996), se dio el impulso a la privatización de los servicios de acueducto y alcantarillado en Buenaventura en el año 2002 con la contratación de Hidropacífico.

Hasta esta fecha, el servicio lo prestaba directamente el Distrito y durante 20 años la ciudad contó con un prestador privado. Sin embargo, la situación no mejoró, el servicio sigue siendo intermitente y el agua no es potable. Desde el 2022, la SAAAB asumió la operación del servicio, sin cambios evidentes hasta el momento.

Lo que sí ha resultado evidente es que las inversiones en las líneas de conducción y optimización de las redes matrices que se necesitan para que las pérdidas no sean del 82 por ciento no se han hecho. Tampoco se ha trabajado en la optimización de la planta Escalerete y su bocatoma, entre algunas otras acciones necesarias para mejorar la calidad y la continuidad del servicio.

Sin embargo, lo más frustrante de esta situación es que desde 2014 se creó el Plan Todos Somos PAZcífico, que justamente tenía como objeto la inversión de más de $ 150.000 millones para el mejoramiento del acueducto de Buenaventura. Hasta la fecha, ha tenido avances e intervenciones, pero no han sido suficientes para que los bonoverenses tengan agua buena parte del día todos los días de la semana.

Qué pensarían los ciudadanos de la capital colombiana, que recientemente se han enfrentado a cortes de agua, si esta situación fuera su día a día. Sí, en Colombia, en Buenaventura, el puerto del Pacífico no tiene agua potable de manera continua. 

No se puede afirmar que estas ejecutorias no se hayan dado por corrupción (aunque es mejor no escribirlo en piedra). Las causas están más dadas a falta de un equipo local capaz y dedicado a hacer que las cosas pasen. A que el fondo es manejado desde Bogotá, con las dificultades que eso trae.

La realidad de una oficina en la capital colombiana es muy diferente a la de Buenaventura y también hay que decirlo, algunos liderazgos locales han generado más reprocesos y demoras que aportes.

Buenaventura es de Colombia y requiere la mirada atenta, dedicada y empática de todo el país. Necesitamos acciones concretas para que Buenaventura tenga agua 24/7, y esto requiere la acción articulada de los sectores público, privado y comunitario. Menos discursos y más acciones.

Tomado de eltiempo.com

Desde hace más de una década se han planteado diferentes iniciativas de articulación, planificación y políticas, como el CONPES 3624, para recuperar la cuenca alta del río Cauca (CARC) sin el éxito esperado. La recuperación de una cuenca implica grandes desafíos técnicos y económicos. También implica la articulación de todos los actores públicos, privados, académicos y civiles involucrados y que se reconozca que las intervenciones son de largo plazo y por tanto trascienden los gobiernos.

En nuestra región, si bien existen esfuerzos de años anteriores, el trabajo colaborativo para recuperar la CARC toma fuerza desde 2017 con la ‘Comisión río Cauca’. Dicha comisión se fortaleció desde 2020 gracias a un acuerdo de voluntades firmado con el gobierno nacional para conformar la ‘Plataforma Colaborativa para la recuperación de la CARC’- Colectivo río Cauca. Integrada por 28 entidades como MinAmbiente, IDEAM, las gobernaciones del Cauca y del Valle, CVC, CRC, Univalle, Emcali, Asocaña, CIEV, la Fundación ríos y ciudades, Corpopalo y ProPacífico, entre otras.

Bajo este enfoque colaborativo, durante 2021 realizamos un mapeo de los esfuerzos regionales y consolidamos un Plan de Acción incorporando los proyectos de inversión de las diferentes entidades para el período 2020 –2023, agrupándolos en cuatro líneas temáticas: Calidad de Agua, Oferta de Agua, Optimización de la Demanda y Gobernanza. Así, se llegó a un consenso respecto a indicadores de resultados que deberíamos perseguir, tales como el Índice de la Calidad del agua que permite identificar la contribución de los proyectos del plan de acción a la recuperación de la cuenca. Juntos estos proyectos suman una inversión estimada de $1 billón de pesos.

Si bien este Plan ha permitido comprender que existen múltiples acciones ejecutándose en el territorio con inversiones importantes, hace evidente que no hay proyectos con un alcance regional ni una visión de largo plazo de la cuenca. Por esto entre 2022 y 2023, con el liderazgo de la Secretaría de Ambiente del Valle se llevó a cabo un ejercicio para construir una visión compartida sobre la cuenca al 2036 y una agenda con metas comunes, que lleva el nombre de “Plan de restauración de la cuenca alta del río Cauca”, incluido hoy en el documento del Plan Plurianual de Inversiones del Plan Nacional del Desarrollo (PND).

Este plan comprende 14 proyectos priorizados, entre los que se han destacado por su alto impacto regional y nacional: la construcción del tratamiento secundario de la PTAR Cañaveralejo, el Pago por Servicios Ambientales y la recuperación de los socio-ecosistemas en humedales del corredor río Cauca. Ahora el gran desafío es lograr la inclusión en los presupuestos nacionales y regionales de la cofinanciación de las diferentes iniciativas para luego avanzar con su ejecución.

El trabajo colaborativo por la recuperación de la CARC ha demostrado que es posible trazarse objetivos comunes, priorizar iniciativas regionales y establecer planes de acción concretos. Garantizar la sostenibilidad de esta estrategia por parte del gobierno nacional, departamental y organizaciones locales, es clave para lograr el gran reto de recuperar la cuenca alta de nuestro río Cauca.

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