Con el firme propósito de mejorar la supervivencia de los pacientes de cáncer, Cali ha venido trabajado de manera articulada y decidida para transformar la atención médica de los pacientes que padecen esta enfermedad. Si hablamos de logros, uno de los más sobresalientes es la implementación de la estrategia City Cancer Challenge, que destaca a Cali como un referente internacional en la mejora de la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer.

Lo anterior es el resultado del trabajo entre prestadores de alta y baja complejidad, entidades territoriales, aseguradoras, la academia y fundaciones asociadas a la atención continua de los pacientes con cáncer, lo que significa un liderazgo colectivo por la ciudad.

Por delante tenemos bastante trabajo, pero como caleños debemos sentirnos orgullosos de que nuestra ciudad sea pionera con esta estrategia que involucra incluso a clínicas de alta complejidad, que además de ser reconocidas a nivel internacional por su alta calidad, han invertido significativamente en tecnología de vanguardia y en la formación constante de su personal médico para contribuir al propósito de que Cali sea modelo de atención de cáncer. Todo esto ha elevado considerablemente la calidad de la atención médica y garantiza a quienes padecen la enfermedad acceso a tratamientos modernos y atención humanizada.

También es importante destacar la creación de cinco guías de manejo clínico para el cáncer de mama, cérvix, colon y recto, cáncer de próstata y leucemia pediátrica, priorizados por ser los más comunes en la ciudad. Este ejercicio contó a la participación de los principales expertos oncológicos de las más diversas clínicas de la ciudad, lo que ha generado un espacio de cocreación donde la atención de los pacientes ha sido la prioridad. Un detalle no menor es que el 100 % de los prestadores especializados de alta complejidad ya las han adoptado.

En este panorama también es muy importante reconocer que el registro poblacional de cáncer que tiene Cali ha sido muy valioso al ser uno de los más completos del mundo por su rigurosidad y sus 60 años de experiencia, proporcionado una visión clara de la prevalencia de la enfermedad y ayudado a identificar tendencias y patrones de la patología. Esta información se traduce en una base sólida para la toma de decisiones informadas en materia de políticas de salud y estrategias de prevención y tratamiento del cáncer.

La dedicación de las autoridades locales en Cali es otro componente esencial al establecer políticas orientadas a resultados clínicos que fomentan tanto la prevención como el tratamiento de la enfermedad; además han liderado campañas de concientización sobre la importancia de exámenes médicos regulares y han promovido estilos de vida saludables.

La simplificación de la navegación del paciente a lo largo de su atención es otra prioridad en la que se está trabajando con diferentes prestadores y aseguradoras. Recibir un diagnóstico de cáncer puede ser abrumador y los sistemas implementados hasta el momento han demostrado ser un recurso valioso al brindar orientación, acceso a recursos y apoyo emocional para los pacientes y sus familias.

El trabajo conjunto entre el sector público y privado, con ProPacífico como un articulador, ha sido una base sólida para el progreso alcanzado. Estas alianzas estratégicas han permitido la implementación de programas de detección temprana y han impulsado investigaciones médicas innovadoras.  Así, Cali se destaca por su enfoque pragmático y colaborativo en la lucha contra el cáncer, mejorando no solo la atención médica sino brindando esperanza y apoyo a quienes enfrentan el cáncer, consolidándose como un modelo a seguir en la atención oncológica.

Por fin conocimos la comentada reforma a la salud. Después de leerla detenidamente, este texto no es muy diferente al que conocimos como borrador o al contenido de las intervenciones de la ministra Corcho. Sin duda, un cambio importante es que las EPS, en principio, se mantienen como parte del nuevo sistema. Sin embargo, sigue habiendo dudas sobre el rol real que estas ejercerán en un régimen estatizado como el propuesto.

Es necesario que se estudie con detenimiento y criterio técnico la reforma a la salud. El Congreso debe abrir el espacio para una discusión pública con todos los actores del sistema y expertos para analizar las consecuencias de implementar la reforma. Para bien o para mal, este nuevo sistema nos afectará a todos colombianos. No podemos convertir la discusión en una guerra de posiciones políticas. Estamos hablando de la vida de los colombianos, no es un asunto de ideologías.

“El sistema de salud colombiano es malo y no garantiza el derecho a la salud”, esta es una afirmación demoledora para arrancar el debate. Este sistema tiene muchas cosas que corregir, sin embargo, con todas sus imperfecciones, entre 2015-2022 se tuvieron 3 mil millones de atenciones. Sin duda, este es un sistema que se ha enfocado preponderantemente en atender la enfermedad, y la atención primaria que previene la enfermedad ha sido relegada.

Es un hecho que el acceso es otro de los retos más importante. Todos tenemos derecho a ser atendidos vía el régimen subsidiado o contributivo. Sin embargo, esto sirve muy poco en zonas alejadas o cuando se tiene malos prestadores o aseguradores.

La pregunta que nos hacemos es ¿estos retos justifican acabar con lo bueno del sistema y arriesgar los beneficios que buena parte de los colombianos han recibido y pueden recibir? ¿debemos cambiar el carro porque tiene fallas, o mejor, debemos arreglarlo?

Para los que consideran que se debe cambiar el carro, es importante tener en cuenta que este nuevo sistema no funcionara de inmediato. Es decir: el carro nuevo se demora. Esto debido a que para su funcionamiento se están creando múltiples órganos e instancias, esto sin contar con los miles de centros de atención primaria que se deben construir y dotar con recurso humano en los próximos 10 años. Aunque el texto trata de contemplar una transición, lo claro es que el modelo de atención primaria tan anhelado, no será una realidad en el corto plazo.

Preocupa además la cantidad de responsabilidades que tienen los entes territoriales, los nuevos consejos administradores de los fondos regionales de salud y las Instituciones de Salud del Estado (ISE). La descentralización es sin duda la salida, pero la entrega de funciones debe estar acompañada con recursos y capacidades y el texto no es claro en ello. Lo anterior, dejando a un lado que buena parte de los municipios de categoría seis ya hoy están sobrecargados de responsabilidades y sin recursos.

Finalmente, esta reforma a la salud desconoce el rol del sector privado. Este no sólo está representado por las EPS, sino también por clínicas y hospitales de alta complejidad y de altísima calidad. Tan sólo en el Valle del Cauca tenemos dos de las mejores de Latinoamérica. Será un error promediar por lo bajo con el control de precios que pretende la reforma. Esto limita la innovación que permite tener la mejor tecnología y tratamientos. Para los que creen que estos servicios son para ‘los ricos’, para citar un ejemplo, en la Fundación Valle del Lili el 60% de los pacientes son de bajos recursos y provienen de regiones alejadas del Pacífico colombiano.

Las falencias del sistema no puede ser excusa para acabarlo. Se debe reconocer el camino recorrido, trabajar en los retos y construir sobre lo construido.

*Tomado de elpais.com.co

Nueve organizaciones que trabajan para el control de cáncer firmaron un Memorando de Entendimiento para continuar trabajando articuladamente por una atención en salud, equitativa y de calidad para esta enfermedad en Cali. Una de las metas es impactar la mortalidad prematura y evitable de la enfermedad en un 25% de aquí al año 2025 en la capital vallecaucana.

Entre las entidades firmantes del acuerdo se destacan el municipio de Santiago de Cali, el Instituto Nacional de Cancerología, la Cuenta de Alto Costo, el Instituto de Evaluación de Tecnologías en Salud, el Registro Poblacional de Cáncer de Cali, la organización City Cancer Challenge Foundation y ProPacífico, con el acompañamiento del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, y la Gobernación del Valle del Cauca.

A través de la renovación de voluntades, las entidades firmantes reconocieron el trabajo que se ha desarrollado en Cali en la lucha contra la enfermedad y establecen un compromiso común para dar continuidad al mismo durante los próximos 5 años, colaborando y participando junto a otros actores en iniciativas para mejorar el acceso a una atención oncológica de calidad.

Según los datos del Registro Poblacional de cáncer de Cali, RPCC, para el año 2022 se estiman 10.070 casos nuevos de cáncer, siendo los más frecuentes: mama (822 casos), próstata (784 casos), colorrectal (453 casos), estómago (466), cérvix (216), linfomas (342) y leucemias (186), (*Casos nuevos de cáncer con base en el riesgo del periodo 2013-2017 y proyección de población DANE 2022)

La renovación de esta alianza se da en la postpandemia cuando se hace fundamental trabajar por mitigar el impacto de la misma en el acceso, continuidad y oportunidad a los servicios de salud, en especial para los grupos poblacionales más vulnerables como lo son los pacientes con cáncer.

De acuerdo a cifras de la Secretaría de Salud pública Municipal de Cali, para la última semana epidemiológica de 2021, se registró un incremento importante de tipos de cáncer como mama y cérvix en un 49,7% y 73,9%, respectivamente, en relación con 2020, y en un 30% más casos que con respecto al 2019. Una de las situaciones que convoca al trabajo articulado y urgente, es el incremento del 15% de los casos diagnosticados con cáncer, tardíamente.

Asimismo, este memorando de entendimiento busca contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, en particular el ODS 3 (Buena salud y bienestar), el ODS 11 (Ciudades y comunidades sostenibles) y el ODS 17 (Asociación para los Objetivos). También, la meta mundial de reducir las muertes prematuras por enfermedades no transmisibles (ENT), lo que incluye el cáncer.

La idea es que a través del fortalecimiento del acceso oncológico equitativo y de calidad que se viene adelantando en la capital vallecaucana, en el marco de la alianza estratégica con las principales organizaciones que trabajan para el control del cáncer a nivel país, departamento y municipio, y fundaciones como ProPacífico y City Cancer Challenge, se continúen sumando acciones encaminadas a que la capital vallecaucana sea una ciudad referente en la lucha contra esta enfermedad.

En 2017, Cali fue seleccionada como la primera ciudad en el mundo en ser parte del City Cancer Challenge, C/Can para construir un modelo de lucha contra esta enfermedad que pudiera ser replicado en otras urbes del mundo. En el último año, la capital vallecaucana desarrolló cinco guías de manejo de la enfermedad para los cinco tipos de cáncer más comunes en la capital vallecaucana: mama, cérvix, colon y recto, cáncer de próstata y leucemia pediátrica.

Otros importantes logros que, gracias al trabajo articulado, colaborativo, y el liderazgo local de diferentes Instituciones, universidades, actores del sistema de salud, EAPB, Instituciones prestadores de servicios de salud de la Red oncológica, profesionales de la Salud y la sociedad civil, quienes participaron activamente a lo largo de las distintas iniciativas de ciudad en torno a la Alianza, se han alcanzado, son:

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