Y llegaron los 100 días de los gobiernos locales. Un período corto para hacer cambios estructurales, pero suficiente para medir el desempeño de los mandatarios. Ser servidor público no es fácil y para ser bueno se requiere de habilidades técnicas, conocimiento de lo público -así muchos crean que con el discurso es suficiente- y conciencia de que los ciudadanos los elegimos para responder a nuestras necesidades y anhelos.
Estos 100 días en la región han estado marcados por una gobernadora y un alcalde de Cali trabajando juntos y en equipo con otros mandatarios. La verdad, esta articulación genera optimismo porque ya es suficiente con las pugnas en el ambiente político nacional. Adicionalmente, llevábamos varios años en los que nuestros gobernantes parecían más enemigos que coequiperos en la búsqueda de soluciones, sobre todo en una región como la nuestra que pide a gritos reconciliarse.
Si hablamos de articulación, la COP 16 y el Tren de Cercanías son solo algunos de los frentes dignos de mencionar y sobre los que se debe seguir trabajando. En el caso de la COP para que sea el mejor evento y le saquemos el mejor provecho como región, y en el del tren para que no perdamos de vista que para alcanzar el sueño aún nos quedan pasos decisivos ante el Gobierno Nacional. No quiero dejar de mencionar a Mi Cali Bella, campaña con la que se busca cambiarle la cara a la ciudad y recuperar el sentido cívico y de pertenencia.
Son varias las gestiones individuales para destacar. Arranco con la gobernación y su programa ‘Valle Emplea’, que busca ofrecer oportunidades de formación técnica que respondan a las necesidades del mercado laboral a más de 2000 jóvenes, para que alcancen una empleabilidad real.
Por otro lado, está la seguridad. Nuestra región se encuentra en una escalada de violencia organizada que no se veía desde hace varios años y que no da señales de tregua. Es evidente el trabajo de la gobernación y los intentos por impulsar una respuesta más rápida, pero cada vez queda más claro que se requiere con urgencia una acción integral por parte del Gobierno Nacional.
A la Alcaldía de Cali se le debe reconocer los avances en temas de movilidad y orden, incluidas las mejoras sustanciales del MÍO, con un aumento de flota en circulación (570 buses promedio día hábil comparado con 530 buses el año anterior), lo que impacta en calidad y aumento en los pasajeros movilizados. Falta mucho por hacer en el MÍO para asegurar su sostenibilidad a mediano plazo, pero sin duda se ve a una administración enfocada en que el sistema avance en su recuperación y sea el eje estructurante de la movilidad.
La seguridad también es un reto municipal, pero se debe reconocer la reducción en homicidios en el primer trimestre del año y más importante aún, que la ciudadanía se siente un poco más segura, con mayor presencia de la Policía en las calles.
Sin duda, la oportunidad de mejora más grande está en los temas sociales por su lento comienzo. Es fundamental que los comedores funcionen bien, resaltando todo lo bueno del modelo, pero corrigiendo errores que quienes han estado cerca del proceso conocen. Es necesario tener atención urgente a la primera infancia y saber dónde están los más de 45.000 niños elegibles de atención que, de acuerdo con el sistema de información de nuestra alianza el Mejor Lugar para CreSer, no se sabe quién los atiende.
Estos 100 días son el comienzo donde hay cosas para resaltar, pero se debe tener claro que el camino es largo. Falta mucho por hacer y seguir construyendo. A los ciudadanos nos corresponde vigilar y exigir, pero también rodear a los mandatarios que hasta el momento nos están dando ejemplo de trabajo en equipo.
Tomado de elpais.com.co
Desde el inicio de su implementación, la estrategia Hospital Padrino Pacífico liderada por la Fundación Valle del Lili y ProPacífico, ha contribuido significativamente a la reducción de los indicadores de mortalidad y morbilidad materna y perinatal en el Valle del Cauca, convirtiéndose así en referente para otras regiones y latitudes.
Hoy, la experiencia y los resultados alcanzados a través de Hospital Padrino Pacífico suman un nuevo logro al ser publicada en The Lancet Regional Health - Americas, la edición regional del prestigioso medio científico, que es líder y referencia entre la comunidad médica a nivel global.
Bajo el título “Hospital padrino: a collaborative strategy model to tackle maternal mortality: a mixed methods study in a middle-income region” (en español “Hospital padrino: un modelo de estrategia colaborativa para abordar la mortalidad materna: un estudio de métodos mixtos en una región de ingresos medios”), el artículo destaca cómo la implementación de la estrategia ha conducido a una reducción significativa de la tasa de mortalidad materna y cómo ha logrado consolidarse como un modelo de innovación en atención local, que puede replicarse en países de ingresos bajos y medios.
La Dra. María Fernanda Escobar, Directora Médica de la Estrategia Hospital Padrino y Ginecobstetra Intensivista, es coautora de la publicación en la que se detalla el funcionamiento del modelo de asociación hospitalaria colaborativa entre los años 2021 y 2022, ilustrando la manera en la que un hospital de alta complejidad brinda asistencia técnica y clínica a 43 hospitales de media y baja complejidad, mediante estrategias educativas -orientadas a fortalecer el conocimiento y las habilidades de 980 trabajadores de la salud - y la mejora en las condiciones de atención al paciente a través del sistema de telemedicina.
La estrategia evidencia una mejora en la atención y el manejo de las emergencias obstétricas y perinatales en la red de hospitales apadrinados que, gracias a la iniciativa, tienen estándares de atención compartidos, logrando ejemplificar las inmensas oportunidades que plantea la suma de esfuerzos para mitigar las inequidades en salud.
En síntesis, esta importante publicación, que proporciona alcance y visibilidad al potencial de la innovación social para abordar los desafíos de la salud materna; reafirma la consolidación de Hospital Padrino como un referente de articulación exitosa y estimula, con evidencia científica, la ejecución de modelos colaborativos que contribuyan a generar resultados de alto impacto sobre la calidad de vida de las poblaciones vulnerables.
Lea el artículo publicado aquí: The Lancet Regional Health - Americas
Los 8 de marzo nos deben servir para recordar y agradecer a todas esas mujeres que a través de sus luchas abrieron el camino para que hoy muchas de nosotras tengamos derechos y un espacio ganado en distintos frentes que, aunque damos por sentado, hace algunas décadas eran inimaginables para nosotras como ejercer derechos políticos, estudiar, tener derecho sobre nuestros hijos, entre otros muchos temas.
El camino ha sido largo y tortuoso y aunque se ha avanzado en varios aspectos, es importante reconocer lo que hace falta. Primero, no podemos perder de vista que hoy, en 2024, muchas mujeres en el mundo no tienen este camino ganado y segundo, pero no menos importante, reconocer que el camino en términos de equidad es largo y tiene varias aristas.
En teoría, hoy no se discute que hombres y mujeres tenemos los mismos derechos y responsabilidades. Sin embargo, seguimos viendo brechas importantes en términos de cargos directivos en las organizaciones públicas y privadas, además de que el porcentaje de mujeres en juntas directivas no es el que debería. Algunas de las razones que explican por qué aún tenemos estas brechas son claras: aun la mayoría de las mujeres son responsables del cuidado y todavía culturalmente hay muchas creencias limitantes sobre el rol que tienen hombres y mujeres en la sociedad.
Las mujeres son, en muchos casos, las únicas responsables del cuidado de niños, adultos mayores y del hogar (desde que son niñas). Seguimos criando niños que consideran que lavar los platos, ir al mercado o cuidar a sus hermanitos es solo responsabilidad de sus hermanas o mamás. Según el Dane, las mujeres dedicaron en promedio 7 horas y 46 minutos al día en actividades de trabajo no remunerado y los hombres 3 horas y 6 minutos. Por esto, las niñas y después las mujeres se quedan atrás en espacios de proyección profesional, ya que están ocupadas en un trabajo no pago, sin contar la discriminación que todavía existe y sin tener en cuenta la narrativa (respetable si es una decisión consciente) de que las mujeres debemos quedarnos en la casa siendo mamás y que la posibilidad de trabajar y ser mamás es imposible.
Esta situación es menos grave para mujeres que, como yo, tenemos el privilegio de tener una red de apoyo fuerte, que empieza por un esposo que decidió cambiar estos paradigmas; que tengo la capacidad monetaria de contratar personas que me apoyen en el cuidado de mis hijas y el hogar, que tengo una familia que siempre está y ha estado ahí para mí. Pero, ¿qué pasa con las mujeres que por condiciones sociales, que no dependen de ellas, están en una situación de desventaja?
Para que entendamos la gravedad del contexto, la pobreza en el Valle del Cauca se concentra en mujeres, jóvenes, afrodescendientes. Para el 2022, la pobreza en las mujeres fue de 29% mientras que en los hombres fue de 27,1%. A nivel nacional, si una mujer es afro y jefe de hogar la pobreza alcanza un 50,9%. Esto se explica justamente porque para estas mujeres la discusión no es ni siquiera si le pagan igual o no que a los hombres, su lucha es si logran conseguir un trabajo formal para sostener a sus hijos y familias.
Las mujeres tenemos muchas luchas en adelante. Sin embargo, es necesario sobre todo luchar por aquellas mujeres que viven en condiciones de vulnerabilidad y que como sociedad les debemos no solo equidad de género, sino equidad para ellas y sus hijos. Esta será la única forma que avanzaremos hacia una sociedad más justa.
Tomado de elpais.com.co