Muchas veces no le damos importancia al camino que hemos recorrido ni a lo mucho que hemos avanzado y preferimos quedarnos con lo que nos falta. Tampoco nos tomamos el tiempo para reconocer los triunfos intermedios ni las victorias tempranas, sino que nos quedamos, casi como una adicción, en todo lo que falta, gastando energía en buscar culpables y en echar culpas. Esto ocurre en la vida en general, pero también en asuntos regionales, en especial en los relacionados con los grandes proyectos de infraestructura estratégica.
No pretendo que estemos completamente felices cuando hay proyectos que han estado parados por años como la Mulaló-Loboguerrero y menos que nos olvidemos de lo que falta, como el cierre de la estructuración y financiación del dragado de profundización de Buenaventura, pero sí que reconozcamos y celebremos el camino recorrido y los proyectos que están en ejecución como la concesión 5G Nueva Malla vial del Valle que presenta un avance del 10%, con obras tan importantes como la prolongación de la Av. Ciudad de Cali hasta Jamundí.
Es un hecho que este tipo de proyectos tardan para ser una realidad y requieren fases de prefactibilidad y factibilidad, por lo que por años hablamos de ellos y solo después de mucho tiempo vemos su ejecución. Esto sin contar con las complejidades propias de nuestra normatividad que históricamente han hecho que tarden mucho más que en otros países, como por ejemplo el licenciamiento ambiental, las consultas o constantes cambios en la reglamentación.
Sin embargo, es importante ver con algo de perspectiva lo que ha pasado en la historia reciente de nuestra región. En los últimos 8 años, de 10 proyectos priorizados el Tren de Cercanías, el Aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón y la vía Pasto - Popayán han pasado de fases de prefactibilidad a factibilidad y ya están listos para aprobación y apertura de licitación. Así mismo, varios proyectos como la doble calzada Buga- Buenaventura, la Vía 4G Santander de Quilichao - Popayán y la Nueva Malla Vial están hoy en ejecución, generando empleos directos e indirectos.
Esto ha sido el resultado del trabajo colaborativo, riguroso y preciso entre la Gobernación, alcaldías, Bloque Parlamentario, gremios y ProPacífico. Sin duda falta mucho y son muchas las ‘peleas’ que aún debemos dar, pero lo claro es que nuestra región tiene dos grandes proyectos en ejecución que traerán no solo competitividad, sino empleo y activación económica. También importante resaltar que hoy, a diferencia de hace algunos años, tenemos proyectos listos para competir por recursos del Gobierno Nacional como el Tren de Cercanías y esto es un paso gigante que hace que veamos con ilusión el futuro.
Debemos seguir trabajando de manera conjunta para lograr recursos para nuestra región, sin olvidarnos del camino recorrido ni de lo que hemos logrado hasta hoy. Esto debe sacarnos una sonrisa de satisfacción y nos obliga a seguir trabajando por el desarrollo de nuestro Valle del Cauca sin señalamientos y sí con mucho trabajo conjunto.
Tomado de elpaís.com