Nuestras ciudades crecen y se transforman aceleradamente. El crecimiento no solo se ha dado por las dinámicas propias de cada municipio, sino por las fuertes relaciones funcionales que comparten Cali, Palmira, Jamundí, Candelaria y Yumbo.
Las transformaciones en empleo, salud, vivienda, educación y desarrollo territorial que suceden en cada municipio repercuten directamente en los demás. Además, las dinámicas económicas, laborales y de servicios urbanos, sumado a la natural desactualización de la información, los cambios propios del territorio y las modificaciones a las normativas municipales, han hecho que los Planes de Ordenamiento Territorial –POT– ya no respondan a las necesidades actuales.
Los POT fueron creados en 1997 y se definen como el conjunto de objetivos, directrices, políticas, estrategias, metas, programas, actuaciones y normas, necesarias para orientar y administrar el desarrollo del territorio y la utilización del suelo. Su importancia radica en ser la carta de navegación que deberán adelantar los alcaldes para garantizar la generación y el uso eficiente y sostenible de los recursos propios, indispensables para atender a los ciudadanos.
Además de ser una herramienta para definir las normas que privilegien el bien común, regulen las actuaciones privadas y dirijan la inversión pública para alcanzar las metas de la ciudad dentro de sus límites municipales, los POT también deben abordarse bajo la óptica de la planificación articulada, que permita definir el papel de cada municipio en la región, considerando las capacidades propias, pero también los retos y beneficios comunes, para así establecer los modelos de ciudad y de región que necesitamos para los próximos 12 años.
Hoy tenemos la oportunidad única de articular la planificación de Cali, Palmira, Jamundí, Candelaria y Yumbo, nuestra región de ciudades. Se adelanta actualmente la revisión y ajuste de cuatro de los cinco POT vigentes, con el liderazgo de administraciones que le han apostado al fortalecimiento de las oficinas de planeación para lograr POT de vanguardia, creando un escenario propicio para el dialogo basado en datos, con diagnósticos serios y la decisión de construir con la ciudadanía.
Esta es una oportunidad para superar problemáticas que han desbordado las capacidades operativas y financieras individuales de los municipios. Trabajar los POT articuladamente, traerá beneficios en frentes estratégicos, que hoy consideramos problemáticos. Servirá, además, para gestionar recursos nacionales e internacionales.
Al final, planear y tomar decisiones articuladas con los municipios vecinos, permitirá responder a los impactos que generan las dinámicas regionales, adaptarnos a la transformación y sobre todo, generar respuestas que mejoren la vida de los ciudadanos que habitan en un municipio, pero que trabajan, estudian o cuidan su salud en otro.