Invito a todos a que nos creamos este cuento. Es verdad que esto está pasando, estamos trabajando juntos, y está pasando aquí y ahora en nuestro Valle del Cauca.
Hace cerca de tres años inició un proceso sin precedentes en Cali y el Valle del Cauca. En el marco del estallido social o paro nacional -como cada uno prefiera denominarlo-, empresarios de todos los tamaños, ciudadanos, líderes sociales, fundaciones empresariales, familiares y de base decidieron escucharse para verse y reconocerse. Así surgió Compromiso Valle.
Producto de esa escucha se generó un diálogo permanente que ha tejido lazos de confianza y ha permitido construir una visión compartida del territorio que se basa en la diversidad que nos caracteriza, y que nos ha dado la oportunidad de trabajar juntos por la generación de oportunidades y el cierre de brechas socioeconómicas de nuestra ciudad y departamento.
Han sido muchos los logros que hasta ahora podemos cuantificar: más de 58 mil participantes, 3 mil jóvenes empleados, más de 12 mil emprendimientos apoyados y 107 organizaciones de base fortalecidas, entre otros. Pero sin duda, ninguno de estos es tan valioso como lo es la capacidad de construir juntos, con puro y genuino trabajo colectivo. El fin de semana pasado, en el mirador Yo Amo Siloé de la comuna 20, tuvimos un ejemplo muy simbólico de esto.
Este espacio fue construido por la comunidad con el apoyo de la Fundación Sidoc hace más de una década y luego de una tragedia en la que un tubo madre de acueducto estalló en medio de una tormenta, causando un deslizamiento, destrucción de viviendas y pérdida de vidas. Hoy en día, este espacio es motivo de orgullo y punto de encuentro, además es un área de promoción de cultura y parada infaltable en el recorrido turístico del MÍO Cable.
Justamente allí, el sábado pasado nos reunimos en el evento Siloé Social y Cultural. El evento fue apoyado por la Fundación Maestro Cares creada por Marc Anthony y Henry Cárdenas. Este último un caleño, quien vivió su niñez y hasta los 17 años en esta comuna y es hoy uno de los empresarios más importantes de la industria mundial del entretenimiento.
Fue realmente emocionante ver cómo nos reunimos todos: empresarios, comunidad, líderes sociales, emprendimientos culturales, artistas y fundaciones. Fue una tarde en la que se sintió el poder de trabajar juntos, una energía vibrante y evidente que nos recordó que, si seguimos unidos, las transformaciones más potentes llegarán con más fuerza a cada rincón de nuestra ciudad y departamento.
El talento de los niños, niñas y adolescentes fue reconocido por el empresario y todos los asistentes. ProPacífico tendrá la difícil tarea de escoger a dos de ellos para que se presenten en el próximo concierto de Marc Anthony en Cali. La alianza con Maestro Cares apenas comienza, pero pronosticamos que será muy poderosa. Esta es una ratificación del poder transformador de este vehículo de impacto colectivo que nació para quedarse y que nos demuestra que, si trabajamos juntos, somos más fuertes.
Invito a todos a que nos creamos este cuento. Es verdad que esto está pasando, estamos trabajando juntos, y está pasando aquí y ahora en nuestro Valle del Cauca. Somos únicos en Colombia y Latinoamérica. Nos llaman de todas partes para que contemos la historia, porque ya se reconoce que esta experiencia tiene mucho para aportarle a la superación de los retos de nuestro país y nuestra región y para evitar que el discurso del odio y la división siga ganando terreno. Definitivamente, ¡todos somos Compromiso Valle!
Tomado de elpaís.com.co
Recientemente se ha hablado mucho de cómo sacar a los jóvenes de la guerra de pandillas y las mafias, hasta se ha mencionado que se les debe pagar para que no maten. Será el objeto de otra columna analizar si estos programas son efectivos o no, hoy quiero invitarlos a enfocar nuestra energía en pensar en los niños, esos niños que si no cuidamos y no educamos diferente, serán más vulnerables a verse inmersos en entornos delictivos en el futuro.
Sin duda hablar de los niños, sobre todo en la primera infancia, enternece y nadie se opone al discurso de que debemos cuidarlos y educarlos mejor. Sin embargo, tristemente estas discusiones se quedan ahí y muchas veces ni siquiera los diagnósticos son claros. Por esto se formó la alianza ‘El mejor lugar para creSER’, en la que organizaciones del sector privado y la Universidad Javeriana de Cali buscan aportar al cierre de brechas de la primera infancia, y que tiene entre sus logros tener un sistema de información para tener mejores datos de los niños en el Valle del Cauca y el norte del Cauca.
Para el caso de Cali, los niños y niñas entre 0 y 6 años representan el 7,6% de la población, el 51,3% están registrados en el Sisbén y de ese número, el 1% crecen en hogares en pobreza extrema. Es decir, hay una buena parte de nuestros niños y niñas que están viviendo en pobreza o pobreza extrema y no están recibiendo los cuidados necesarios para su edad. Sólo el 20 % de los niños y niñas caleños asisten a programas de atención integral, dato que para Colombia es del 40%, cifra para nada alentadora.
Otro dato alarmante es la proporción tan alta de niños nacidos vivos de madres que apenas tienen entre 10 y 14 años. Son niñas criando niños, situación que lo único que hace es enquistar la pobreza en nuestra sociedad, porque buena parte de ellos terminan al cuidado de abuelas o familiares o, en muchos casos, solo bajo la protección de sus madres que a su edad tienen pocas capacidades para darles las herramientas físicas y psicológicas que necesitan para afrontar la vida. Esto sin contar que ante su nuevo rol estas niñas muchas veces se quedan sin estudiar y/o trabajar por la necesidad de cuidar a los pequeños y, por ende, estos niños y niñas tampoco acceden a la educación. Es decir, el circulo vicioso de la pobreza.
De acuerdo con cifras del 2022, 8.014 niños y niñas de Cali están creciendo con desnutrición crónica, lo que impide su desarrollo adecuado si tenemos en cuenta que en este periodo se producen cerca del 80% de las conexiones neuronales, se sientan las bases para el desarrollo social, atención, motivación, autocontrol y sociabilidad, condiciones necesarias y básicas para el éxito en la escuela, la salud, la profesión y la vida en general.
Por estas y otras razones, ayer, en una alianza de varias organizaciones invitamos a los precandidatos a la alcaldía de Cali a presentarles estos y muchos más datos sobre la niñez en nuestra ciudad, con el objetivo de que los prioricen en sus programas de gobierno. Lamentablemente solo un candidato estuvo presente. Los niños se quedaron esperándolos para conversar. Esperamos que este tema, así como el de la educación, sea central para el futuro alcalde o alcaldesa de Cali. No sigamos buscando soluciones mágicas para los problemas que tiene nuestra región en términos de seguridad, cuando una de las acciones más estructurales que podemos hacer en este tema es concentrarnos en nuestros niños y niñas, a los que les seguimos dando la espalda. La solución es con ellos.
*Tomado de elpais.com.co
Cuando hablamos de calidad en la educación, la mayoría de veces nos referimos a los programas para disminuir el rezago escolar, fortalecer competencias básicas y mejorar indicadores en las pruebas Saber. Sin embargo, no damos igual importancia a la contribución de la infraestructura escolar sobre el rendimiento académico de los estudiantes.
De acuerdo con estudios realizados por el Banco Mundial, la CAF y otras organizaciones, invertir en el mejoramiento de la infraestructura genera un impacto positivo en la calidad educativa, pues al contar con instalaciones adecuadas y dotadas, se mejora la tasa de matrícula, la permanencia y la culminación del ciclo educativo.
También, disminuye el ausentismo de los docentes, asociado a la falta de ambientes idóneos para la enseñanza y, finalmente, genera un impacto mayor en los resultados de aprendizaje, ya que inversiones en este aspecto, definitivamente contribuyen a la consolidación de condiciones que motivan, impulsan y fomentan el desarrollo de mejores e innovadoras prácticas pedagógicas con los estudiantes.
En el año 2016, el Ministerio de Educación Nacional desplegó su apuesta de mejoramiento, ampliación y construcción de nueva infraestructura educativa en la que la articulación local, regional y nacional permitiría cofinanciar las obras a través de la creación del Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa - FFIE, como una cuenta especial del Ministerio, que se encargaría de este propósito. Esta fue una muy buena intención, a la que se sumaron la Gobernación del Valle del Cauca y las alcaldías de Cali, Palmira, Buga, Tuluá y Buenaventura para beneficiar a más de 37 mil estudiantes de 59 Instituciones Educativas Oficiales con una inversión histórica de $366 mil millones.
Sin embargo, han pasado siete años desde que se inició este proceso y específicamente en alcaldías como las de Cali y Buenaventura, hoy se presentan rezagos importantes en la ejecución de las obras. Muchas están inconclusas, demolidas o lo que es aún peor, están sin iniciar, afectando considerable el proceso académico de estudiantes y docentes.
La ministra de Educación Aurora Vergara y su equipo de trabajo visitaron el distrito de Buenaventura para plantear acuerdos sobre las problemáticas educativas. Precisamente, uno de los grandes temas tratados fue la infraestructura escolar, pues son doce Instituciones Educativas las que forman parte del ambicioso proyecto liderado por el FFIE. A hoy, ninguna está terminada ni puesta al servicio de las comunidades escolares.
Cali no es ajena a las dificultades y con 23 Instituciones Educativas en este proyecto, solo ocho están terminadas, otras diez están en ejecución y cinco reasignadas, en trámites de licencias o permisos con el Dagma. El FFIE espera que antes de finalizar el 2023 se entreguen dos Instituciones más al servicio escolar.
Si bien hay acciones que prometen ser un alivio para la terminación de las obras, la preocupación en las comunidades y las autoridades locales y regionales continúa, pues pasarán dos gobiernos distritales mientras que miles de estudiantes siguen sin ambientes escolares que contribuyan en su proceso educativo. Desde ProPacífico hacemos un llamado al Gobierno Nacional para que las obras proyectadas sean concluidas en el menor tiempo posible. No podemos permitir que la calidad de la educación de nuestros estudiantes siga afectándose. Ya fueron suficientes dos años de rezago escolar durante la pandemia y ahora la infraestructura escolar, no puede convertirse en la mayor causa de deserción y de bajos niveles de aprendizaje.