Aunque chiquita jugué basketball, lo abandoné después de que un profesor, a pesar de mis esfuerzos, no me escogiera para ser parte del equipo del colegio. Seguramente no era tan buena y eso hizo que dejara no solo este, sino todos los deportes por un buen tiempo. Después, ya en la adolescencia, me inscribí varias veces a gimnasios, pero las membresías se quedaban sin usar porque la disciplina para hacer deporte no llegaba.

Hace más o menos 15 años empecé a correr y en el running, además de encontrar una forma de estar conmigo, descubrí un deporte con el que por fin llegó la disciplina. Sin duda, correr exige físicamente, empezando por los pies que siempre tienen ampollas y uñas moradas. La fascitis plantar y la banda iliotibial, además de las lesiones de rodilla que han ido llegando con el tiempo. Sin embargo, gracias al fortalecimiento y a la disciplina (que pese algunas épocas de cansancio extremo no se ha ido) he ido mejorando en este deporte.

Respeto a quienes entrenan en grupo, a mí nunca me ha funcionado y solo hace un par de meses decidí tener el apoyo de un entrenador que me envía los entrenos online y me ha ayudado mucho en mi proceso. Por cierto, no tengo grandes récords y no soy maratonista, pero después de este domingo, tras experimentar tantas buenas sensaciones con la primera maratón en nuestra ciudad, me hice el propósito de serlo el próximo año aquí en mi Cali.

Para los que corremos y tuvimos la oportunidad de salir en la Maratón de Cali (así hayan sido en los 15 km, como fue mi caso, o en los 5 km), este domingo fue un día muy especial. Fue emocionante ver a muchos ciudadanos haciéndonos barra durante todo el recorrido; además, Cali estaba limpia, la carrera empezó a tiempo, todo estaba muy ordenado y los puntos de hidratación muy bien ubicados. Para futuras ocasiones solamente consideraría tener una meta más amplia porque la salida y la llegada estuvieron algo congestionadas, pero el balance en general es realmente inigualable.

He tenido la oportunidad de participar en otras carreras en Cali, Colombia y algunas internacionales, y con lo que experimenté el domingo para mí fue realmente claro que la que tuvimos en Cali fue de talle internacional. Sin duda, la experiencia y contactos de la organización fueron claves, empezando por los corredores élite que asistieron, pero también por los influencers que participaron y que con sus publicaciones e impresiones pusieron a Cali en el ojo del mundo del running. Un dato no menor es que la maratón contó con el sello élite de World Atletics, lo que significa que quienes cumplieron con los tiempos clasificatorios mínimos lograron su cupo para participar nada más y nada menos que en la maratón de Boston, una de las más importantes del mundo.

A los caleños y en general a los vallecaucanos nos cuesta mucho ‘creernos el cuento’ y en menos de siete meses hemos hecho dos eventos muy importantes que no se hubieran logrado si no hubiéramos trabajado juntos (sectores público y privado), pero sobre todo, si no tuviéramos líderes con la capacidad de creerse el cuento e impulsarnos a creérnoslo colectivamente.

Todo tiene oportunidades de mejora, el próximo año me sueño las calles llenas de más agrupaciones culturales de las diferentes comunas de la ciudad alentando a los corredores, me sueño a más caleños saliendo a hacer barra, me sueño que este evento sea otro motivo más para sentirnos orgullos y que nos unamos para recibir a los de afuera y seguir dejando nuestra Cali bien en alto.

¡Vamos Cali!, sigamos trabajando juntos. Unámonos en lo que nos importa, nuestra Cali que, con sus dificultades y retos, tiene todo el potencial para convertirse en una ciudad en la que todos nos sintamos parte y la llevemos a su mayor potencial.

Tomado de elpais.com

Los medios de comunicación son pilares fundamentales para el funcionamiento de la sociedad. Informan, entretienen y, sobre todo, conectan a las personas con su entorno y con el mundo, ya sea a través de la televisión, la radio, la prensa escrita o las plataformas digitales.

Uno de los roles esenciales de los medios es el de informar con veracidad y objetividad en pro del bien común. Asimismo, son fundamentales para que la ciudadanía tome decisiones responsables, participe en la vida democrática y exija rendición de cuentas a los poderes públicos. Vivir en sociedad requiere estar al tanto de lo que sucede a su alrededor. En este sentido, los medios actúan como un puente entre la sociedad civil y las instituciones.

Además, los medios generan espacios en los que se construye opinión pública. Las ideas, debates y visiones de mundo que se difunden a través de ellos pueden influir profundamente en la forma en que pensamos y actuamos. Por eso, es importante que exista diversidad de voces, compromiso con la veracidad, pluralismo informativo y libertad de expresión, para que ninguna perspectiva quede silenciada.

Sin duda, el periódico El País ha jugado estos roles para Cali, el Valle del Cauca y el suroccidente colombiano en los últimos 75 años. Desde su creación y en muy importantes momentos de nuestra historia como región, El País ha estado ahí todos los días informando, haciendo las preguntas necesarias y sobre todo haciendo los análisis pertinentes para formar opinión pública.

Desde hace varios años he tenido la oportunidad de expresar mis opiniones de manera libre en esta columna, con la cual he buscado contribuir al debate sobre asuntos relevantes de nuestra región y país, tratando siempre de tener una mirada diversa que propenda por la unión de nuestra región.

Asimismo, El País ha sido socio relevante junto a otros medios de comunicación regionales en la construcción y realización de debates en las elecciones nacionales y regionales, todo esto con el objetivo de darle a los ciudadanos mejores herramientas para ejercer su derecho al voto.

También, El País ha sido aliado clave para mostrar los avances regionales fruto de la colaboración público, privada y comunitaria. En la historia reciente, el inicio de la Buga-Buenaventura y la malla vial del Valle del Cauca, los avances del Tren de Cercanías, Compromiso Valle y Compromiso Territorio. De la misma manera, siempre ha estado ahí para visibilizar las demoras y trabas del Gobierno Nacional y apoyar en la incidencia de muchos de estos proyectos regionales.

Hoy en día, en un país democrático como el nuestro, damos por sentado a los medios de comunicación y la posibilidad que tenemos de expresar nuestras opiniones libremente. Una sociedad con acceso a los medios de comunicación y a la información es una sociedad más libre, más justa y más participativa. Por eso, defender medios de comunicación responsables, éticos e independientes es y debe ser una tarea que nos compete a todos.

Felicitaciones a El País por estos 75 años, a sus fundadores, propietarios y, sobre todo, a todos los periodistas que han hecho parte de esta historia que se ha escrito y se seguirá escribiendo por muchos años más teniendo en cuenta las nuevas tendencias y llegando a todos los rincones y nuevas generaciones de nuestro territorio.

Tomado de elpais.com

No sé cuántas columnas he escrito sobre Buenaventura. La ciudad y el puerto de Colombia de cara al Pacífico, con terminales portuarias a la altura de las mejores del mundo, pero también una de las ciudades con los índices más altos de pobreza, con muy baja calidad educativa, un desempleo alarmante y dominada por grupos criminales.

Se ha vuelto costumbre que cada cierto tiempo Buenaventura se vuelve noticia por oleadas de violencia que terminan en un aumento desmedido de homicidios y extorsiones, entre muchos otros delitos. Cuando esto pasa, los medios nacionales voltean su mirada hacia el Distrito para hablar de sus problemáticas. Normalmente, también sucede que se realizan un par de consejos de seguridad que prometen más pie de fuerza, el distrito se militariza y la situación se ‘estabiliza’. En los últimos años, este escenario además estuvo acompañado de unas negociaciones y acuerdos entre las bandas Los Shottas y Espartanos, en el marco de una mesa denominada socio-jurídica con el Gobierno Nacional.

Nadie niega que durante este ‘cese’ hubo una reducción de los homicidios, pero tampoco se puede ignorar que otros delitos, principalmente la microextorsión, aumentaron sustancialmente. Sin embargo, todo quedó ahí, de espaldas a la ciudadanía y sin avances concretos en torno a una solución real de la violencia y de las causas estructurales del conflicto: el dominio territorial por el control del narcotráfico y el contrabando en el puerto.

Lo peor de la situación es que mientras todo esto pasa, lo estructural no cambia, y con lo estructural me refiero a las condiciones de vida de la gente, la posibilidad de que la economía crezca y que la sociedad civil organizada desarrolle su potencial. Una muestra de que las condiciones de vida no mejoran es la cobertura y la calidad educativa. Los niños bonoverenses, debido a las dinámicas mencionadas y factores propios de la institucionalidad educativa, no ven en la educación un camino para su futuro y, por el contrario, sí lo ven en las bandas y las armas. También me refiero al agua potable en Buenaventura, que en el mejor de los casos es de hasta seis horas al día.

Lo estructural también es que hacer empresa en Buenaventura es casi misión imposible por todas las problemáticas antes descritas, lo que se convierte en un círculo vicioso, porque los jóvenes que logran salir de la espiral criminal terminan desempleados y sin oportunidades formales por el poco tejido empresarial del distrito. La otra cara de esta moneda son los líderes y organizaciones sociales que le ponen el pecho a esta situación con muy pocos recursos, pero sí con mucho amor por su tierra. Líderes que sacan todos los días a los niños de estos entornos de violencia a través del arte, la música y el deporte.

Desde hace una semana larga la situación de seguridad de Buenaventura empeoró y hemos visto a la Gobernadora y a la Alcaldesa desde sus capacidades haciendo presencia y tomando decisiones. Sin duda, el gran ausente ha sido el Gobierno Nacional; sin embargo, el llamado es a que sea esta la ocasión, al menos desde lo territorial, para que trabajemos juntos y le demos una mirada diferente a Buenaventura y que unamos esfuerzos para que estos asuntos estructurales se resuelvan y no sigamos en este vaivén de violencia que cada tanto pone la atención de todos en Buenaventura.

Tomado de elpais.com

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