Reforma laboral ¿para quién?

Al leer la reforma laboral que se discute en estos días en el Congreso de la República, cabe preguntarse para qué y para quién se hace. Ya hemos oído a la Ministra decir que con esta reforma no se generarán nuevos empleos, lo que es una verdadera lástima en un país que tiene un desempleo del 9,7 %. Lo anterior, sin contar con los empleos que según lo que contempla el texto se podrían perder, debido a las inflexibilidades y cargas que estipula la reforma y que, al final, lo que hacen es que el costo por empleado sea mayor, lo que generará que muchos empresarios, sobre todos los más pequeños, tengan que despedir a algunos de sus colaboradores. 

En un país en el que más del 50 % de las personas en edad de emplearse están en la informalidad no se explica cómo se está pensando en una reforma como la que nos están planteando. Por ejemplo, resulta incomprensible cómo no existe una posición más clara sobre la creación de empleo para los jóvenes y especialmente para las mujeres jóvenes. Para el trimestre mayo-julio de 2024, Colombia presentó una tasa de desempleo juvenil del 17,2 % y si nos fijamos en Cali, la ciudad presentó una tasa de 18,5 %, la segunda más alta después de Barranquilla.

Estos datos son el resultado de leyes y políticas públicas que por décadas han ignorado a los jóvenes, especialmente a las mujeres, las que siguen siendo invisibilizadas por la reforma que se tramita en el Congreso. Mujeres o niñas que son madres a edades muy tempranas y que se ven obligadas, en la mayoría de los casos, a abandonar el colegio y agravando aún más su situación. Esto sumado a una pésima calidad educativa que hace muy difícil el acceso a empleos de calidad. Lo que tristemente nos hace preguntar si el embarazo adolescente no tiene explicación en esta misma mala calidad educativa y en que las niñas no vean en la educación un camino para un futuro más próspero. Según datos del Dane, para el 2023, el departamento del Valle del Cauca registró menos mujeres matriculadas en el nivel de secundaria con respecto a los hombres.

Para rematar toda esta situación, muchas de estas mujeres no tienen red de apoyo, la cobertura de centros públicos para el cuidado de la primera infancia en casi todo el país es limitada y, sobre todo, tienen horarios que no son aptos para las jornadas laborales, lo que termina ocasionado que ellas rechacen trabajos y queden a merced de condiciones precarias y condenadas a la pobreza.

Me rehúso a pensar que vamos a tramitar una reforma laboral que solo le da más beneficios a los que hoy ya tenemos empleo y, no tratará de resolver problemas de fondo que como país hemos dejado a un lado por décadas, como la brecha de empleo de las mujeres y los jóvenes. Esta reforma, de seguir este camino, terminará causando más perjuicios que soluciones a los miles de problemas que tenemos hoy los colombianos.

Tomado de eltiempo.com

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