El Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer, nos da la oportunidad de reflexionar sobre los retos y avances en la atención de esta enfermedad en Cali, ciudad que -a pesar de las adversidades- continúa luchando por fortalecer su sistema de salud. La intervención gubernamental en las EPS ha expuesto aún más las fallas estructurales del sistema, como el aumento de quejas, la insuficiencia de la Unidad de Pago por Capitación (UPC) para cubrir tratamientos y los retrasos en los pagos a los prestadores de servicios. Mientras que la Corte Constitucional, al declarar un “incumplimiento general” en el pago de los presupuestos máximos, subraya la urgencia de corregir las deficiencias que afectan gravemente la atención de enfermedades costosas como el cáncer.
En medio de este panorama, Cali ha demostrado que la innovación y el trabajo colaborativo pueden marcar la diferencia. Gracias a alianzas estratégicas entre empresas como Siemens, organismos internacionales como el Banco Mundial, fundaciones como ProPacífico, City Cancer Challenge y las secretarías de Salud de Cali y del Valle del Cauca, se está implementado el proyecto Breast Cancer Diagnostics Coordination, un ejemplo de resiliencia y esperanza.
Este proyecto pionero y único en Colombia, busca reducir el tiempo de diagnóstico para mujeres con sospecha de cáncer de mama, un paso clave para aumentar la sobrevida. Antes, solo el 53% de las pacientes con una mamografía o ecografía sugerente de cáncer accedía a una biopsia confirmatoria en menos de 30 días. Ahora, tras integrar datos de aseguradoras y prestadores en una base centralizada y gestionar el riesgo de manera individual y colectiva, esa cifra ha ascendido al 73%. En el último año, más de 400 mujeres que estaban fuera de la ruta o enfrentaban retrasos críticos han sido ‘rescatadas’, evitando así diagnósticos tardíos y pronósticos desalentadores.
El impacto no se limita a Cali. La estrategia se ha extendido a once municipios del Valle del Cauca y se perfila como un modelo replicable para enfermedades como el cáncer de cuello uterino, VIH y enfermedades crónicas. Este enfoque no solo mejora la detección temprana, sino que redefine la manera en que un sistema de salud, hoy fragmentado y muy golpeado, puede coordinarse para brindar atención eficiente y oportuna.
Es así como confirmamos que la lucha contra el cáncer no depende únicamente de tratamientos médicos, sino de sistemas sólidos, alianzas estratégicas y la capacidad de responder con innovación ante los desafíos. Cali le está demostrando al país y por qué no al mundo que con compromiso y colaboración es posible transformar realidades y brindar esperanza a quienes más lo necesitan.
El camino aún es largo, pero cada paso hacia un sistema de salud más inclusivo y eficiente nos acerca a un futuro en el que el cáncer deje de ser una condena y se convierta en una batalla que podemos ganar juntos.
Por: Daniel Humberto Echeverri, director Proyecto Salud de ProPacífico
Tomada de: El País.
El Pacífico colombiano enfrenta desafíos significativos en materia de salud materna y neonatal. En Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño la situación es desafiante. Con más de 78 mil nacimientos en 2022, que representan el 14% del total nacional, la falta de acceso a una atención médica de calidad ha contribuido a tasas alarmantes de mortalidad materna y neonatal. En 2022, se reportaron 47 casos de mortalidad materna temprana y 1,318 casos de mortalidad perinatal y neonatal tardía en la región, evidenciando una grave problemática de salud pública.
Estos desafíos no solo afectan la salud de las madres y los recién nacidos, sino que también tienen profundas consecuencias socioeconómicas. La pérdida de ingresos familiares, la disminución en la productividad y el detrimento del patrimonio familiar son algunas de las secuelas que estas tragedias dejan a su paso. La situación se agrava aún más en las comunidades rurales y remotas, donde las barreras para acceder a atención médica oportuna durante el embarazo y el parto son más pronunciadas.
Ante este panorama, surge la necesidad de implementar mecanismos innovadores de financiación que permitan abordar estos problemas de manera efectiva y sostenible. Es aquí donde los Bonos de Impacto Social (BIS) se presentan como una solución viable y prometedora pues son instrumentos financieros diseñados para atraer inversiones privadas en proyectos que precisamente buscan generar un impacto social positivo, al tiempo que ofrecen un retorno financiero basado en el éxito de las intervenciones.
En este caso, la implementación de un bono dirigido a reducir la mortalidad materna y neonatal en el Pacífico colombiano tiene el potencial de cambiar vidas. Es con este propósito que la Fundación Valle del Lili, ProPacífico y SilverBack adelantan en el país la estructuración de este bono que busca movilizar $13,300 millones durante tres años para mejorar la atención en salud en la región.
Con un enfoque integral, este BIS involucra la capacitación de 9,500 trabajadores de la salud, la implementación de telesalud para emergencias neonatales y la mejora en la adherencia a estrategias hospitalarias. Además, beneficiará directamente a 10,000 pacientes y sus familias, así como a 235 instituciones de salud. La clave de este modelo es el pago por resultados: el retorno de la inversión está condicionado a la consecución de metas específicas, como la reducción de la letalidad materna y la mejora en la atención oportuna de emergencias.
La implementación de este bono en la región Pacífico aborda una necesidad urgente, y establece un precedente para futuros proyectos de financiación innovadora en Colombia dado que, al canalizar recursos hacia intervenciones basadas en evidencia y orientadas a resultados, los Bonos de Impacto Social pueden acelerar significativamente el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, particularmente en áreas críticas como la salud materna y neonatal.
En un país en el que las inequidades en salud son una realidad persistente, los BIS representan una herramienta poderosa para cerrar brechas y promover un desarrollo más equitativo. La esperanza es que este primer bono en el Pacífico colombiano sea solo el comienzo de una ola de innovación financiera que transforme la manera en que abordamos los desafíos más apremiantes de nuestra sociedad.
Autor: Daniel Echeverri, director del Proyecto de Salud de ProPacífico.
Tomado de El País.
Con el firme propósito de mejorar la supervivencia de los pacientes de cáncer, Cali ha venido trabajado de manera articulada y decidida para transformar la atención médica de los pacientes que padecen esta enfermedad. Si hablamos de logros, uno de los más sobresalientes es la implementación de la estrategia City Cancer Challenge, que destaca a Cali como un referente internacional en la mejora de la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer.
Lo anterior es el resultado del trabajo entre prestadores de alta y baja complejidad, entidades territoriales, aseguradoras, la academia y fundaciones asociadas a la atención continua de los pacientes con cáncer, lo que significa un liderazgo colectivo por la ciudad.
Por delante tenemos bastante trabajo, pero como caleños debemos sentirnos orgullosos de que nuestra ciudad sea pionera con esta estrategia que involucra incluso a clínicas de alta complejidad, que además de ser reconocidas a nivel internacional por su alta calidad, han invertido significativamente en tecnología de vanguardia y en la formación constante de su personal médico para contribuir al propósito de que Cali sea modelo de atención de cáncer. Todo esto ha elevado considerablemente la calidad de la atención médica y garantiza a quienes padecen la enfermedad acceso a tratamientos modernos y atención humanizada.
También es importante destacar la creación de cinco guías de manejo clínico para el cáncer de mama, cérvix, colon y recto, cáncer de próstata y leucemia pediátrica, priorizados por ser los más comunes en la ciudad. Este ejercicio contó a la participación de los principales expertos oncológicos de las más diversas clínicas de la ciudad, lo que ha generado un espacio de cocreación donde la atención de los pacientes ha sido la prioridad. Un detalle no menor es que el 100 % de los prestadores especializados de alta complejidad ya las han adoptado.
En este panorama también es muy importante reconocer que el registro poblacional de cáncer que tiene Cali ha sido muy valioso al ser uno de los más completos del mundo por su rigurosidad y sus 60 años de experiencia, proporcionado una visión clara de la prevalencia de la enfermedad y ayudado a identificar tendencias y patrones de la patología. Esta información se traduce en una base sólida para la toma de decisiones informadas en materia de políticas de salud y estrategias de prevención y tratamiento del cáncer.
La dedicación de las autoridades locales en Cali es otro componente esencial al establecer políticas orientadas a resultados clínicos que fomentan tanto la prevención como el tratamiento de la enfermedad; además han liderado campañas de concientización sobre la importancia de exámenes médicos regulares y han promovido estilos de vida saludables.
La simplificación de la navegación del paciente a lo largo de su atención es otra prioridad en la que se está trabajando con diferentes prestadores y aseguradoras. Recibir un diagnóstico de cáncer puede ser abrumador y los sistemas implementados hasta el momento han demostrado ser un recurso valioso al brindar orientación, acceso a recursos y apoyo emocional para los pacientes y sus familias.
El trabajo conjunto entre el sector público y privado, con ProPacífico como un articulador, ha sido una base sólida para el progreso alcanzado. Estas alianzas estratégicas han permitido la implementación de programas de detección temprana y han impulsado investigaciones médicas innovadoras. Así, Cali se destaca por su enfoque pragmático y colaborativo en la lucha contra el cáncer, mejorando no solo la atención médica sino brindando esperanza y apoyo a quienes enfrentan el cáncer, consolidándose como un modelo a seguir en la atención oncológica.